Mi juego del año: Balatro – Un humilde triunfo
Es fin de año y mi elección de Juego del año podría sorprender a algunos: Balatro. Si bien no es necesariamente mi juego favorito, su éxito dice mucho sobre lo que hace que un juego sea verdaderamente grandioso. Balatro, una combinación única de solitario, póquer y construcción de mazos roguelike, ha arrasado con numerosos premios, incluido el de Juego independiente y móvil del año en The Game Awards y múltiples galardones en los Pocket Gamer Awards.
Este éxito, sin embargo, también ha provocado confusión e incluso ira. Las imágenes relativamente simples se han contrastado con títulos más llamativos, lo que genera dudas sobre su estatus de ganador de premios. Pero precisamente por eso es mi elección GOTY.
Antes de sumergirnos en Balatro, reconozcamos algunos otros títulos destacados:
Menciones Honoríficas:
- Expansión Castlevania de Vampire Survivors:La tan esperada colaboración con los personajes de Castlevania es un triunfo.
- Squid Game: modelo gratuito de Unleashed: Un movimiento audaz de Netflix Games, que potencialmente sienta un nuevo precedente.
- Watch Dogs: La aventura de audio de Truth: Un lanzamiento interesante, aunque poco convencional, de Ubisoft.
Balatro: un grupo heterogéneo, pero un ganador
Mi experiencia personal con Balatro ha sido heterogénea. Si bien es innegablemente interesante, no he dominado sus complejidades. Centrarse en la optimización de la plataforma y las estadísticas detalladas puede resultar frustrante. A pesar de muchas horas jugadas, todavía no he completado una carrera.
Sin embargo, Balatro representa una excelente relación calidad-precio. Es simple, de fácil acceso y no demasiado exigente. No es mi perfecta forma de perder el tiempo (ese título pertenece a Vampire Survivors), pero es un fuerte contendiente. Las imágenes son agradables y la jugabilidad es fluida.
Por menos de $10, obtienes un cautivador creador de mazos roguelike que es divertido y socialmente aceptable para jugar en público. El desarrollador LocalThunk ha infundido a este formato simple una profundidad y un encanto sorprendentes. La relajante banda sonora y los satisfactorios efectos de sonido crean un bucle adictivo. El éxito de Balatro es sorprendentemente honesto y anima sutilmente a los jugadores a seguir jugando.
Pero ¿por qué destaco esta elección aparentemente obvia? Porque su éxito ha sido recibido con escepticismo.
Más allá del bombo
El éxito de Balatro ha encontrado cierta resistencia, similar a la victoria de Astrobot en el Juego del año en otra entrega de premios. La reacción ante Balatro revela un problema más profundo: la falta de comprensión de lo que constituye un gran juego.
Balatro es sin reservas "juguetón". Es visualmente atractivo sin ser demasiado complejo o llamativo. No es una demostración tecnológica de alta fidelidad, sino más bien un proyecto apasionante que se convirtió en algo extraordinario.
Muchos encuentran desconcertante su éxito, viéndolo simplemente como "un juego de cartas". Pero es un juego de cartas bien ejecutado, que ofrece una nueva versión de un concepto familiar. La verdadera medida de la calidad de un juego no debería ser su fidelidad visual sino su diseño y ejecución generales.
Sustancia sobre estilo
El éxito de Balatro enseña una valiosa lección: un juego no necesita gráficos de vanguardia ni mecánicas complejas para triunfar. Este humilde creador de mazos ha conquistado PC, consolas y plataformas móviles, una hazaña con la que muchos desarrolladores luchan.
Si bien no fue un gran éxito financiero, sus bajos costos de desarrollo probablemente generaron ganancias significativas para LocalThunk. Balatro demuestra que el éxito multiplataforma no requiere presupuestos enormes ni funciones complejas. La simplicidad, el diseño bien ejecutado y el estilo único pueden unir a jugadores de diferentes plataformas.
El atractivo de Balatro es multifacético. Algunos jugadores se esfuerzan por optimizar y ejecutar carreras perfectas, mientras que otros, como yo, disfrutan de su juego relajante. Es un testimonio de su versatilidad.
En conclusión, el éxito de Balatro refuerza un punto crucial: un juego no necesita ser innovador en términos de tecnología o complejidad para ser verdaderamente exitoso. A veces, basta con ser un poco "bromista".